Concepto de líder
Características del líder
Funciones de un líder
Las funciones de un líder se pueden dividir en dos grandes grupos:
Etimológicamente, el término líder proviene de la palabra inglesa leader, que significa jefe, caudillo o cabecilla. Por tanto, un líder es un integrante del grupo que por sus características personales, carisma, circunstancias, etc; establece los objetivos y retos a alcanzar, y dicta las normas y pautas a seguir.
La característica fundamental del liderazgo es que crea una relación de dependencia entre dos o más personas. Al ser líder quien conduce el grupo hacia unas metas, recoge el reconocimiento y apoyo del resto de los integrantes. Quienes acatan sus órdenes con el fin de obtener los objetivos planteados.
La característica fundamental del liderazgo es que crea una relación de dependencia entre dos o más personas. Al ser líder quien conduce el grupo hacia unas metas, recoge el reconocimiento y apoyo del resto de los integrantes. Quienes acatan sus órdenes con el fin de obtener los objetivos planteados.
Características del líder
El don del liderazgo es la facultad de que disponen algunos individuos para influir en otras personas. Esta capacidad surge de la interconexión de una serie de componentes innatos o adquiridos por el individuo desde su más temprana edad, por ejemplo:
-Habilidad para usar la autoridad de forma efectiva y responsable.
-Habilidad para comprender a los miembros de su equipo, admitiendo sus diferencias personales.
-Habilidad para conculcar valores: esta facultad permite la asunción por los miembros del grupo de una cultura común.
-Habilidad para la perseverancia: el líder no puede rendirse nunca, sobre todo cuando los acontecimientos son adversos.
-Habilidad para la transmisión de ilusión y la acción conjunta: concienciar a cada uno de los miembros de la empresa departamento o sección, de que forman parte de un equipo.
-Habilidad para generar ambientes de trabajo cohesionados y distendidos, donde impere la cooperación y el buen clima laboral.
-Habilidad prever el futuro a corto, medio y largo plazo: los líderes deben ser buenos estrategas y planificar la actividad para evitar desviaciones poco deseadas.
-Habilidad para usar la autoridad de forma efectiva y responsable.
-Habilidad para comprender a los miembros de su equipo, admitiendo sus diferencias personales.
-Habilidad para conculcar valores: esta facultad permite la asunción por los miembros del grupo de una cultura común.
-Habilidad para la perseverancia: el líder no puede rendirse nunca, sobre todo cuando los acontecimientos son adversos.
-Habilidad para la transmisión de ilusión y la acción conjunta: concienciar a cada uno de los miembros de la empresa departamento o sección, de que forman parte de un equipo.
-Habilidad para generar ambientes de trabajo cohesionados y distendidos, donde impere la cooperación y el buen clima laboral.
-Habilidad prever el futuro a corto, medio y largo plazo: los líderes deben ser buenos estrategas y planificar la actividad para evitar desviaciones poco deseadas.
Funciones de un líder
Las funciones de un líder se pueden dividir en dos grandes grupos:
Funciones esenciales
-Estratégicas: planificar y coordinar los objetivos.
-Organizativas: propone y genera los métodos y procedimientos de trabajo.
-Operativas o línea: implica y manda ejecutar los trabajos a los miembros del grupo.
-Técnicas: debe ser experto en la realización de las tareas propias de su equipo.
-Representativas del grupo: defiende los intereses y sentimientos del grupo, y mantiene contacto y relación con otros grupos.
-Fuente de recompensas y castigos: es el encargado de premiar y castigar a los miembros del grupo.
-Labor mediadora: concilia los diversos intereses de los miembros del grupo.
-Estratégicas: planificar y coordinar los objetivos.
-Organizativas: propone y genera los métodos y procedimientos de trabajo.
-Operativas o línea: implica y manda ejecutar los trabajos a los miembros del grupo.
-Técnicas: debe ser experto en la realización de las tareas propias de su equipo.
-Representativas del grupo: defiende los intereses y sentimientos del grupo, y mantiene contacto y relación con otros grupos.
-Fuente de recompensas y castigos: es el encargado de premiar y castigar a los miembros del grupo.
-Labor mediadora: concilia los diversos intereses de los miembros del grupo.
Funciones complementarias
-Símbolo: es la imagen del grupo.
-Sustituto de la responsabilidad individual: sobre él recaen las acciones del grupo.
-Ideólogo: transmite las premisas, las pautas y las normas que imperan en el grupo
-Símbolo: es la imagen del grupo.
-Sustituto de la responsabilidad individual: sobre él recaen las acciones del grupo.
-Ideólogo: transmite las premisas, las pautas y las normas que imperan en el grupo
Teorías o enfoques sobre el liderazgo
Los distintos enfoques o teorías de liderazgo vienen marcados por los siguientes aspectos: los rasgos personales del líder, la conducta personal del líder y la situación por la que atraviesa el líder o su grupo de referencia.
Teoría de los rasgos personales
Este enfoque pretende demostrar que existen algunos rasgos que, por sí solos o interrelacionados, determinan la manera de ser o actuar de una persona, lo que puede convertirla en un líder potencial.
Entre los factores que pueden asociarse al líder caben destacar:
-Rasgos físicos: energía, apariencia, estatura y constitución.
-Rasgos psicológicos de aptitud: alto índice de inteligencia, fluidez verbal, habilidad y capacidad.
-Rasgos de personalidad: adaptabilidad, agresividad, confianza en sí mismo, responsabilidad, autodominio, entusiasmo, etc.
-Rasgos sociales: posición social, don de gentes, participativo, cooperativo, comunicativo, habilidades directivas, etc.
-Rasgos relacionados con el trabajo: persistencia, tenacidad, rendimiento, iniciativa, actitud, vocación de logros, etc.
En la teoría de los rasgos se integra la teoría del gran hombre. Este enfoque aseguraba que los grandes líderes nacen líderes (no se hacen) y que no están condicionados por el entorno en el que se desenvuelven.
Este enfoque pretende demostrar que existen algunos rasgos que, por sí solos o interrelacionados, determinan la manera de ser o actuar de una persona, lo que puede convertirla en un líder potencial.
Entre los factores que pueden asociarse al líder caben destacar:
-Rasgos físicos: energía, apariencia, estatura y constitución.
-Rasgos psicológicos de aptitud: alto índice de inteligencia, fluidez verbal, habilidad y capacidad.
-Rasgos de personalidad: adaptabilidad, agresividad, confianza en sí mismo, responsabilidad, autodominio, entusiasmo, etc.
-Rasgos sociales: posición social, don de gentes, participativo, cooperativo, comunicativo, habilidades directivas, etc.
-Rasgos relacionados con el trabajo: persistencia, tenacidad, rendimiento, iniciativa, actitud, vocación de logros, etc.
En la teoría de los rasgos se integra la teoría del gran hombre. Este enfoque aseguraba que los grandes líderes nacen líderes (no se hacen) y que no están condicionados por el entorno en el que se desenvuelven.
Teoría de la conducta personal o Teoría de la malla gerencial
Esta teoría pretende analizar los líderes no por sus rasgos específicos sino por sus comportamientos o formas de actuar.
Los representantes más característicos de este enfoque sobre el liderazgo son Robert Blakc y Jane Mouton, que en 1964 propusieron su teoría de la malla gerencial como sistema de clasificación de los distintos estilos de dirección, a los que denominan parrilla de comportamientos.
Estos autores parten del hecho demostrado de que los directivos centran su liderazgo en una de estas dos direcciones:
A) Orientan su conducta hacia la consecución de las tareas: supervisión y control de los subordinados a lo largo de todo el proceso productivo, verificando los niveles de calidad, servicios, producción, etc, como único sistema para alcanzar los objetivos programados.
b) Orientan su conducta hacia las personas: intentan satisfacer los objetivos personales de los trabajadores en su puesto de trabajo.
Estas dos opciones son independientes entre sí, por lo que un directivo puede alcanzar una mayor puntuación en una tendencia que un otra.
Esta teoría pretende analizar los líderes no por sus rasgos específicos sino por sus comportamientos o formas de actuar.
Los representantes más característicos de este enfoque sobre el liderazgo son Robert Blakc y Jane Mouton, que en 1964 propusieron su teoría de la malla gerencial como sistema de clasificación de los distintos estilos de dirección, a los que denominan parrilla de comportamientos.
Estos autores parten del hecho demostrado de que los directivos centran su liderazgo en una de estas dos direcciones:
A) Orientan su conducta hacia la consecución de las tareas: supervisión y control de los subordinados a lo largo de todo el proceso productivo, verificando los niveles de calidad, servicios, producción, etc, como único sistema para alcanzar los objetivos programados.
b) Orientan su conducta hacia las personas: intentan satisfacer los objetivos personales de los trabajadores en su puesto de trabajo.
Estas dos opciones son independientes entre sí, por lo que un directivo puede alcanzar una mayor puntuación en una tendencia que un otra.
Teoría situacional
Dentro de esta teoría destaca el enfoque de Blanchard, quien afirma que
no existe un único y óptimo sistema de liderazgo, sino que éste se adaptará a la situación concreta por la que atraviesa una empresa, una división o un departamento. Por tanto, no se puede hablar de buenos o malos estilos, sino de enfoques eficaces o ineficaces en una situación determinada.
Así los aspectos de los que parte la teoría del liderazgo situacional son:
La existencia de dos modalidades de liderazgo por excelencia (orientación hacia la consecución de las tareas-orientación hacia las personas). Estas dos tendencias interrelacionadas dan lugar a un cuadro en el que se manifiestan cuatro tipos diferentes de liderar, según se marquen más las tintas sobre las tareas o sobre el apoyo:
-Estilo de control.
-Estilo de supervisión.
-Estilo de asesoramiento.
-Estilo de delegación.
El nivel de desarrollo de los subordinados. Este grado de desarrollo de los trabajadores dependerá de:
-La competencia, o el saber hacer del trabajador.
-La dedicación, o el querer hacer.
no existe un único y óptimo sistema de liderazgo, sino que éste se adaptará a la situación concreta por la que atraviesa una empresa, una división o un departamento. Por tanto, no se puede hablar de buenos o malos estilos, sino de enfoques eficaces o ineficaces en una situación determinada.
Así los aspectos de los que parte la teoría del liderazgo situacional son:
La existencia de dos modalidades de liderazgo por excelencia (orientación hacia la consecución de las tareas-orientación hacia las personas). Estas dos tendencias interrelacionadas dan lugar a un cuadro en el que se manifiestan cuatro tipos diferentes de liderar, según se marquen más las tintas sobre las tareas o sobre el apoyo:
-Estilo de control.
-Estilo de supervisión.
-Estilo de asesoramiento.
-Estilo de delegación.
El nivel de desarrollo de los subordinados. Este grado de desarrollo de los trabajadores dependerá de:
-La competencia, o el saber hacer del trabajador.
-La dedicación, o el querer hacer.
Estilos de liderazgo
Son las formas estándares o más habituales clasificadas en orden cronológico según su aparición histórica, y relacionadas directamente con los enfoques o teorías del liderazgo.
Son las formas estándares o más habituales clasificadas en orden cronológico según su aparición histórica, y relacionadas directamente con los enfoques o teorías del liderazgo.
Estilos de liderazgo
Se basan en los rasgos característicos del líder. Estos estilos de liderazgo pretenden justificar un determinado comportamiento humano en un proceso de toma de decisiones, alegando la superioridad de los rasgos ( físicos, psíquicos, etc. ) del líder, o su profundo carisma.
Estilo carismático. Es el poder e la habilidad personal que tienen algunos individuos para conducir a otras personas tan sólo por su irradiación.
Estilo autocrático. Es el líder en el que recaen todas las atribuciones; suele ser ayudado, únicamente, por sus colaboradores más directos.
Estilo paternalista. El líder asume obligaciones para con los que dirige, a modo de padre que tutela a los, miembros de su unidad familiar.
Estilo burocrático. No es un líder dominante, las decisiones las manda tomase a las personas que considera más cualificadas; es eminentemente metódico, prudente, disciplinado en el trabajo, normativo y puntilloso.
Se basan en los rasgos característicos del líder. Estos estilos de liderazgo pretenden justificar un determinado comportamiento humano en un proceso de toma de decisiones, alegando la superioridad de los rasgos ( físicos, psíquicos, etc. ) del líder, o su profundo carisma.
Estilo carismático. Es el poder e la habilidad personal que tienen algunos individuos para conducir a otras personas tan sólo por su irradiación.
Estilo autocrático. Es el líder en el que recaen todas las atribuciones; suele ser ayudado, únicamente, por sus colaboradores más directos.
Estilo paternalista. El líder asume obligaciones para con los que dirige, a modo de padre que tutela a los, miembros de su unidad familiar.
Estilo burocrático. No es un líder dominante, las decisiones las manda tomase a las personas que considera más cualificadas; es eminentemente metódico, prudente, disciplinado en el trabajo, normativo y puntilloso.
Estilos clásicos
Se basan en la conducta del líder.
a) Autoritario
Es la simbiosis del estilo autocrático y del burocrático, tiene una orientación definida hacia las tareas. Se caracteriza porque otorga mayor importancia a las necesidades de la actividad organizacional, desestimando las necesidades de los empleados de su empresa. Ordena y espera ser obedecido, es dogmático y dirige con un sistema de recompensas muy arbitrarias.
El futuro del grupo que dirige está en sus manos, y en la mayoría de las ocasiones éste suele ser incierto ya que depende de las decisiones que él adopte personalmente en un momento dado. Su postulado es: “El jefe siempre tiene razón” y demuestra su poder utilizando la primera persona del singular para referirse a los logros obtenidos.
b) Democrático
Es la simbiosis del estilo carismático y paternalista, tiene una orientación clara y definida hacia las personas. Se caracteriza porque trata de mantener un equilibrio entre las prioridades de la empresa y las de los trabajadores. Es tolerante y respetuoso con las cualidades humanas, y consulta a sus colaboradores al margen de que después toma sus propias decisiones o las consensúe con su equipo. En el trabajo es un miembro más del grupo, lo que provoca en él un gran desgaste de energía, ya que realiza su trabajo a la vez que actúa como comunicador. Planifica, organiza y dirige contando con la participación del equipo y tomando parte activa en la realización de los objetivos previstos por la organización.
Los grupos que funcionan con líderes democráticos suelen presentar más expectativas de futuro, además de ofrecer trabajos de más calidad y satisfacción debido a la mayor conciencia de equipo que se fomenta.
c) Laissez-faire o líder “de rienda suelta”
Se caracteriza porque provee a sus subordinados de los medios, la información y la opinión necesaria para tomar decisiones. Él no interviene por iniciativa propia, ni ejerce su autoridad o influencia, deja estas tareas al grupo de trabajo.
Se basan en la conducta del líder.
a) Autoritario
Es la simbiosis del estilo autocrático y del burocrático, tiene una orientación definida hacia las tareas. Se caracteriza porque otorga mayor importancia a las necesidades de la actividad organizacional, desestimando las necesidades de los empleados de su empresa. Ordena y espera ser obedecido, es dogmático y dirige con un sistema de recompensas muy arbitrarias.
El futuro del grupo que dirige está en sus manos, y en la mayoría de las ocasiones éste suele ser incierto ya que depende de las decisiones que él adopte personalmente en un momento dado. Su postulado es: “El jefe siempre tiene razón” y demuestra su poder utilizando la primera persona del singular para referirse a los logros obtenidos.
b) Democrático
Es la simbiosis del estilo carismático y paternalista, tiene una orientación clara y definida hacia las personas. Se caracteriza porque trata de mantener un equilibrio entre las prioridades de la empresa y las de los trabajadores. Es tolerante y respetuoso con las cualidades humanas, y consulta a sus colaboradores al margen de que después toma sus propias decisiones o las consensúe con su equipo. En el trabajo es un miembro más del grupo, lo que provoca en él un gran desgaste de energía, ya que realiza su trabajo a la vez que actúa como comunicador. Planifica, organiza y dirige contando con la participación del equipo y tomando parte activa en la realización de los objetivos previstos por la organización.
Los grupos que funcionan con líderes democráticos suelen presentar más expectativas de futuro, además de ofrecer trabajos de más calidad y satisfacción debido a la mayor conciencia de equipo que se fomenta.
c) Laissez-faire o líder “de rienda suelta”
Se caracteriza porque provee a sus subordinados de los medios, la información y la opinión necesaria para tomar decisiones. Él no interviene por iniciativa propia, ni ejerce su autoridad o influencia, deja estas tareas al grupo de trabajo.