martes, 1 de abril de 2008

Influencia de las tribus urbanas en la globalización de la cultura


De una forma u otra, todos formamos parte de una tribu. Todos nos englobamos en un determinado grupo social en el que hemos crecido: un barrio, una clase social, una familia, un equipo de fútbol. Así han nacido todas las “microculturas” urbanas que pueblan el mundo occidental y así se suceden unas a otras.

Las innovaciones tecnológicas han beneficiado y enriquecido la relación entre apasionados por “algo” desde una punta del planeta a la otra, así como la aparición de nuevas tribus. Heavys, neo-hippies, metaleros, otakus, frikis, góticos, raperos...

Frente a este fenómeno, la opinión pública ha mostrado un creciente nivel de preocupación, pero no se cuenta -en este momento- con una batería interpretativa de la problemática que contribuya a caracterizar y entender en profundidad el suscrito fenómeno.

En ese sentido, las escasas aproximaciones a este tipo de actitudes juveniles provienen –generalmente- del discurso dominante que existe en torno a estos grupos, vale decir, de las indagaciones policiales o de los medios de comunicación, donde la tendencia es rotularlos bajo el estigma de la delincuencia, la drogadicción, la violencia y las bandas juveniles.

No obstante, la emergencia y proliferación de las Tribus Urbanas se deja comprender mucho más eficazmente cuando las consideramos como la expresión de prácticas sociales y culturales más profundas, que de un modo u otro están dando cuenta de una época vertiginosa y en constante proceso de mutación cultural y recambio de sus imaginarios simbólicos.

Proceso que incluso comienza a minar las categorías con las cuales cuentan las ciencias sociales para abordar la complejidad social, y que particularmente en el caso de las nociones ligadas a la juventud la realidad parece desbordar más rápidamente los conceptos con los que se trabaja. Por lo cual se hace necesario y urgente generar una aproximación reflexiva encaminada a superar dichos desajustes.

La sensibilidad juvenil de esta última década comienza a poner en práctica toda una ritualidad distintiva, que va marcando y protegiendo el espacio de su cotidianeidad. Conjuntamente con ello se va produciendo una resignificación del hábitat urbano donde se desenvuelve esta sensibilidad. “Ésta, se caracteriza por un “devenir” donde el énfasis está puesto en el “andar” y no en el “llegar”.En ese deambular, el encuentro con un otro mediado por las “marcas”, facilita el identificarse.Son las señas de reconocimiento que les permite catalogarse como: hippie, thrasher, punki, cuico, artesa, tecno, under, etc. En este “andar” se reconocen diversos, se re-encuentran en el contraste; en la diferencia que, si es respetada, exige la contraparte.

En este último sentido, las Tribus Urbanas podrían constituir una cristalización de tensiones, encrucijadas y ansiedades que atraviesan a la juventud contemporánea. Son la expresión de una crisis de sentido a la cual nos arroja la modernidad, pero también constituyen la manifestación de una disidencia cultural o una “resistencia” ante una sociedad desencantada por la globalización, la masificación y la inercia que caracteriza la vida en las grandes urbes de fin de milenio, donde todo parece correr en función del éxito personal y el consumismo alienante.

Frente a este proceso, las Tribus Urbanas son la instancia para intensificar la experiencia biográfica y la afectividad colectiva, el contacto humano y sobre todo la alternativa de construir identidad y potenciar una imagen social.

En otras palabras, las Tribus Urbanas constituyen una posibilidad de recrear una nueva “socialidad”, de reeditar un nuevo orden simbólico a partir del tejido social cotidiano. Pero, sobre este punto los medios también juegan un rol preponderante, en tanto incrementan el proceso de tribalización actual: los reportajes, la moda, el cine, la música, etc.

Lo que lleva a inferir una especie de alianza tácita entre medios y Tribus. Alianza contradictoria ya que los medios demonizan pero simultáneamente fortalecen su desarrollo.

En este universo social y democrático, las tribus urbanas se reconocen mediante gustos, formas de vestir, estilos de música, ideales políticos y sociales y gusto por lo exótico.

2 comentarios:

Maestriando dijo...

Hola...felicidades, soy docente de primaria en colombia y te agradezco por tu pagina, ya la reseñé en mis notas pues me encanta el enfoque que le has dado...gracias

zavilp@hotmail.com

jose dijo...

graxx de pana muy buena la informacion me ayudo com mi tesis de grado D.T.B